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Nosotros

El club Krator 501 inició en 1988 gracias a la iniciativa de los padres de familia que comenzaban a asistir a los medios de formación impartidos por miembros del Opus Dei. 

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El club inicialmente tomó el nombre de 501 por el domicilio del mismo. Posteriormente se le agregó el nombre "Krator" que significa "poder" en griego. El caballo y el color rojo son también símbolos de poder. Con estos símbolos se busca transmitir a los jóvenes que asisten al club que el verdadero poder del hombre viene de su trato con Dios, mismo que se adquiere al asistir a las actividades del club.

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El Club y el Opus Dei

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El Krator 501 tiene como objetivo formar ciudadanos ejemplares, buenos profesionales, buenos padres de familia, con una honda preocupación social. Las iniciativas apostólicas que el Opus Dei promueve responden siempre a necesidades sociales reales.

La responsabilidad de la actividad formativa del Krator 501 está confiada a la Prelatura del Opus Dei, una institución de la Iglesia Católica fundada en 1928 por San Josemaría Escrivá de Balaguer. El Opus Dei garantiza la orientación y vivificación cristiana de toda la actividad del Club juvenil. En todo lo demás -lo relativo a las cuestiones organizativas, técnicas, de gestión económica, aspectos jurídicos, etc.-, la responsabilidad corresponde a las personas que dirigen esta asociación, que es de carácter civil.

 

Esa presencia del espíritu del Opus Dei se manifestará habitualmente en detalles como la insistencia en la seriedad y exigencia en el estudio, el impulso de los valores sociales y de servicio, fomento de las virtudes humanas, cuidado de los detalles pequeños, respeto a la libertad, clima de confianza y de cordialidad, protagonismo de los padres en el Club, aprendiendo que todas las circunstancias ordinarias son buenas para tratar a Dios.

 

Toda esa labor formativa y educativa del Club se traducirá igualmente en muchos aspectos prácticos, grandes o pequeños: pensar en los demás, felicitar al vencedor después de un partido de fútbol, dejar la habitación ordenada al acabar una actividad, no quejarse por las incomodidades que surgen en un campamento, vencer la timidez participando en un festival, o muchos otros detalles que son parte fundamental del ambiente que queremos que aquí se respire.

 

Otro rasgo propio de este espíritu es la atención personal e individualizada, con la que se procura que los chicos crezcan en todas las facetas de su vida, de acuerdo con el deseo de los padres. No sólo interesa que el chico sea un buen estudiante, o un buen deportista, o una persona que reza. Se trata de ayudarle en todos los aspectos de la persona: a ser un cristiano cabal, una persona de buen carácter, con virtudes humanas bien arraigadas y profundos valores sociales.

 

Para lograr todo eso -lo reiteramos de nuevo al final- tienes que sentir el Krator 501 muy tuyo. Es decisivo que haya una buena coordinación entre la labor formativa de los preceptores y de los padres. Quizá unos y otros, por separado, no lograríamos alcanzar las metas de las que hemos hablado; pero trabajando en buena sintonía sí podemos hacerlo.

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Algunos enlaces de interés.

Página oficial del Opus Dei
Historia breve del Opus Dei
Página de san Josemaría Escrivá, Fundador del Opus Dei

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